Por desborde de ríos y caños *Sacerdote de reserva de Caparo pide ayuda oficial para familias afectadas*



El párroco Hernán Felipe Briceño Romero, administrador de la parroquia eclesiástica San Juan Bosco, enclavada en la referida reserva del municipio Andrés Eloy Blanco, estado Barinas, clama por ayuda para, al menos, 150 familias afectadas

Especial El Cantón. Hernán Felipe Briceño Romero, sacerdote administrador de la parroquia eclesiastés San Juan Bosco, ubicada en la reserva de Caparo, municipio Andrés Eloy Blanco, estado Barinas, pide atención oficial para socorrer a un aproximado de 150 familias afectadas por la crecida de ríos y caños que atraviesan ese sector. 

En una nota de voz, enviada vía WhatsApp, el párroco pide a las autoridades local, regional y nacional, que asistan a estas familias con comida, enseres del hogar, medicamentos, útiles de aseo personal y otros productos, porque cientos de familias, unas 500 personas entre adultos y niños están anegados , desde el pasado 24 de junio.

De acuerdo con el reporte del religioso, la crecida de los ríos Apure, Uribante, los caños Anarú, Chigüire, caño Negro-Romaldera en el sector La Piedrita, afecta a la parroquia y familias que viven del jornal no pueden buscar el sustento porque todas las actividades agrícolas y pecuarias están paralizadas.

"Le pido a Dios el cese de las lluvias, pero también pido a quienes puedan prestar su ayuda, que echen una mirada hasta esta zona del municipio Andrés Eloy Blanco, que está grandemente afectada por la crecida de los ríos", suplicó el padre Hernán Felipe Briceño.

Daños incalculables

La concejal Gabriela Chacón, por su parte, indicó que la situación en la reserva de Caparo es alarmante, toda vez que las lluvias no han cesado y el nivel de los ríos y caños sigue subiendo. "Las casas están bajo las aguas", precisa.

Comunidades como Caño Regreso, Caño Chigüire, Mata de Topocho, Sabana Los Babos, Maisanta, Caño Delgadito, La Induma, La Piedrita, Los Negritos, Mono Rojo, Caño Anaru y otros sectores están bajo las aguas, dice Chacón. 

Agrega que los vecinos temen por algún brote endémico, porque hace poco en la zona se presentaron casos de fiebre amarilla y con la acumulación y estancamiento del agua, prolifera la placa. "Hay muchas personas con cuadros febriles y gripales, además de afecciones respiratorias", comentó. Pidió la presencia de autoridades de la salud.

La concejal Chacón también se refirió a las cuantiosas pérdidas económicas que la situación ha generado, quedando al menos 150 familias damnificadas. Muchos jornaleros están sin trabajo porque el agua arrasó con los sembradíos y los ganaderos han tenido que trasladar sus rebaños a otras zonas para salvar los animales, puntualizó.




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