HACE 4 AÑOS "EL HACHA" VOLO CON UN CARDENAL EN EL PECHO, HACIA EL DIAMANTE CELESTIAL


Barinas (Dimas J. Medina) “Estoy feliz de estar aquí”, dijo por allá a principios de abril de 2004, José Castillo, cuando los Piratas de Pittsburg le informaron que comenzaría en el equipo grande durante aquella recordada temporada en el mejor beisbol del mundo

Estamos seguros que esta misma frase debieron igualmente haber pronunciado no sólo Castillo, sino también su compañero de equipo Luis Valbuena, luego de haber sido llamado al diamante celestial.

Cuando Castillo tenía 6 meses de gestación, John Lennon había sido asesinado en Nueva York la noche del lunes 8 de diciembre de 1.980. 

Y precisamente aquel sábado 8 de diciembre de 2018, el pueblo de Barinas despidió a su hijo, recordando aquel célebre reggeaton que inmortalizaron Franco y Oscarcito: “A ti te va caer el hacha/ porque tú eres una sexy muchacha/ tu eres una sexy muchacha/ por eso a ti te va a caer el hacha…” 

Por eso, con su cardenal en el pecho, Castillo llegó al cielo con su triunfante y bullanguero vuelo, cantando aquella famosa canción que le valió el popular apelativo de “El Hacha”.

Desde aquella mañana del viernes 7 de diciembre, cuando toda Venezuela conoció la mala buena sobre el trágico accidente vial que le arrebató la vida a este pelotero criado en Barinas, muchos fanáticos lo seguimos recordando.

A este fogoso e idolatrado barinés, lo conocimos en unos entrenamientos en el estadio Cuatricentenario, por allá a finales agosto de 1.999, cuando ya estaba siendo chequeados por unos busca talentos de los Piratas de Pisttburg.

Cuando lo conocimos personalmente, su soñador verbo era tan convincente, que sus tutores de entonces, Pascualino Gayo y Luis Suárez, ya auguran un futuro promisor para aquel entusiasta muchacho que apenas tenía 18 años.

“Este año debutaré con Los Leones”, nos confesó después en una entrevista que publiqué en el diario La Prensa de Barinas el jueves 2 de septiembre de aquel 1.999, cuando aspiraba también a representar al equipo de beisbol de Barinas en los Juegos Deportivos Nacionales Juveniles, celebrados en diciembre de aquel finalizante siglo 20.

“Ese muchacho va a matar la liga”, acuñó entonces, el pana Manuel Valderrama, amigo también de José Castillo, con quien formamos una especie de amistad beisbolera.

Con esa amistad, vinieron luego las caimaneras de softbol con el equipo de los Comunicadores Sociales Barinas, donde muchas veces “El Hacha” nos acompañó con su humilde, pero alegre entusiasmo.

Y cada vez que nos topábamos en cualquier lugar de Barinas, siempre le sacábamos una entrevista o cualquier nota informativa. Por eso, recordamos aquel 6 de enero de 2.004, día cuando el Círculo de Periodistas Deportivos de Barinas le entregamos el premio Atleta del Año. Ese día nos asomó la posibilidad de hacer el equipo grande con sus Piratas de Pittsburg.

“Tarde o temprano el muchacho será parte de nuestro futuro”, confesó después el entonces manager de los Piratas, Loyd McCledon, al sentirse sorprendido con la defensiva que mostró “El Hacha” en la pre-temporada de aquel 2.004.
  
 Aunque nació en Las Mercedes, estado Guárico el día de San José de 1.981, lo considerábamos como otro barinés. Y tan fue así, que el día que debutó en la gran carpa, titulamos en la primera página del diario La Prensa del lunes 5 de abril de 2.004, que  el pelotero venezolano número 161 que jugaba en las grandes ligas desde que lo hiciera el 23 de abril de 1.939 con los Senadores de Washington el célebre Alejandro “Patón” Carrasquel, era de Barinas.

 Escribí entonces que José Castillo se convertía en el tercer barinés que llegaba al big show, después de haberlo hecho Argenis Salazar con los Expos de Montreal en 1.983 y Tobías Hernández con los Azulejos de Toronto en 1.984.

Desde entonces, comenzó una amistad beisbolera. Y cada vez que había chance, cualquier caimanera o intercambio deportivo con mi gente de Cabimas, allí estaba José Castillo.

Y de todos estos encuentros deportivos, hoy quiero compartir con la tristeza que embarga a toda la familia beisbolística de nuestro país, dos anécdotas muy particulares; la primera, aquella tarde-noche del domingo 18 de noviembre de 2001, cuando coincidimos con Castillo en un restaurant ubicado en la carretera Lara-Zulia, donde de regreso a Caracas, luego de que su equipo jugara con las Aguilas del Zulia el clásico juego de La Chinita en Maracaibo. 

Ese día, Castillo brindó unas arepas a varios integrantes del equipo de Los Comunicadores Sociales de Barinas, que para aquel entonces, regresábamos también a casa, luego de participar en un intercambio softbolístico con nuestra gente de Cabimas.

Y el último recuerdo que mantengo intacto de nuestro pana Castillo, fue un bate que regaló a su amigo Manuel Valderrama, del que no sólo utilicé en la tradicional caimanera de beisbol de fin de año que celebramos en el Valderrama Field de Anime Pedraza en diciembre de 2.016, sino del también solté un estruendoso tablazo, casi perecido a los que nos acostumbró “El Hacha” en su alegre paseo terrenal.

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