Barinas (Dimas J. Medina) Hondo pesar causó este jueves la triste desaparicion física del reconocido y destacado médico traumatólogo barinés Sergio Hernández Aguilar.
Nacido hace 83 años en la rural localidad de Santa Catalina del municipio Sosa, Hernández egresó a mediados de la década de los 60 de la ilustre Universidad de Los Andes y obtuvo su especialización a principio de los 70 en el hospital clínico de la capital de la república.
Considerado un maestro de la medicina y un ejemplar profesional al servicio de las nobles causas, el doctor Sergio Hernández fue durante muchos años jefe del servicio de traumatología del hospital "Luis Razetti" de Barinas.
Como docente de la extensión de la escuela de Medicina de la ULA en Barinas, el doctor Hernández también es reconocido por sus aportes al desarrollo de la medicina y su compromiso con el respeto a la vida y dignidad humana.
Hernández Aguilar igualmente fue profesional asimilado del Ejército venezolano, por lo que en Barinas desempeñó también el servicio médico de la Circunscripción Militar de nuestra ciudad.
El gremio médico barinés lamentó el deceso de este respetado, veterano y querido profesional, que a decir de su discípulo Wilfredo Urquiola, supo enaltecer con humildad y sentido humanista, el verdadero juramento hipocratico, igual como lo hicieron en vida, Samuel Dario Maldonado, José León Tapia y un grupo de médicos barineses que dejaron un ejemplar legado sobre el ejercicio de esta noble profesión en la región.
Paz a su alma.
Hoy hemos recibida la triste noticia del triste fallecimiento del Dr. Sergio Hernández alias el carro oriundo de obispo, compañero médico que presto sus servicios en el viejo hospital RAZETTI. Haciendo compañía a sus pioneros el caraqueño dres.jesus Ramírez Saez y Nicolás Orta. Fue un médico de excepción en toda la palabra.hombre llano como su tierra fraternal amigo como el y un excelente especialista en el difícil arte de la traumatología.
ResponderBorrarActo ya cumplido ante las leyes de la vida .Será de nosotros y de la posteridad recordarle de aquellas cosas que nos transmitieron alegría. Del agradecimiento de sus pacientes por el bien recibido.y del ejemplo y su profunda humildad con que siempre se identificó. Esto hará que el nunca muera para siempre.
Dr Pedro y OTILIA de Medina
PAZ A SU ALMA