Crónica: 35 años después de El Caracazo, Venezuela vive ahora la peor de sus tragedias


Barinas (Dimas J. Me dina) Hace 35 años cuando el pueblo de Guarenas se alzó de manera violenta contra el aumento de la gasolina, la situación que vivía nuestro país no era como la que padecemos  actualmente con el gobierno de Nicolás Maduro. 

Aunque podíamos encontrar todavía alimentos en los anaqueles y la gasolina se producía hasta para exportar, la situación de aquellos últimos días de febreros de 1.989, hoy contrasta mucho con la terrible destrucción que hoy sufre Venezuela.

EL 27 de febrero 1.989 era lunes.  En Barinas gobernaba el dirigente adeco Navas Silva, el último gobernador de la era Jaime Lusinchi y el último que se designaba a dedo desde Miraflores.
   
Eran días de mucho agite social. El hoy desaparecido Humberto Jiménez era rector de la Unellez;  el entonces teniente-coronel de la Guardia Nacional, Jesús Fernando González Cazorla, comandaba el Destacamento número 14 de la Guardia Nacional de Barinas y el jefe de la Guarnición Militar de Barinas era el entonces teniente-coronel (Ej.) Eduardo Lobo Parra.

Para aquel entonces, Rafael Rosales Peña (AD) y Gehard Cartay Ramírez (Copei) se preparaban para competir en las primeras elecciones de gobernadores, implementadas en ese 1.989 en todo el país. La izquierda se conformó con apoyar la candidatura del hoy desaparecido dirigente mepista Samuel Darío Maldonado para la alcaldía de Barinas, quien al final se impuso contra la propuesta de AD representada por Rogelio Peña Aly.

A pesar de que el salario no llegaba a los 5 mil bolívares de los viejos mensuales -que por cierto era bastante dinero para la epoca- y el pasaje en buseta se cotizaba en tres bolívares, en las estaciones de servicio no se observaba el terrible drama que significa hoy acceder al combustible y a precios dolarizados.

Los dirigentes universitarios de entonces, Alexis Fandiño, Oswaldo "Flaco" Superlano, Francisco Hernández, Wilfredo Colmenares, Alfredo Silva, Argenis Oviedo, Rodolfo Fernández, Juan Llovera, Henry Tapia, Gerardo Ramírez, Ramón Castillo, William Ramírez, Gonzalo Hergueta y Edgardo Ramírez, entre otros, estaban al frente del movimiento estudiantil barinés. Su compañero Martín Laprea era presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Unellez.

Aunque sabíamos lo que era vivir sin garantías constitucionales en nuestro país, jamás tuvimos la experiencia de convivir una desagradable situación, como la que vivió el pueblo venezolano durante aquellos terribles finales días de febrero de 1.989, a los que también bautizaron como "El Sacudon".

Sin embargo, durante aquel triste y recordado martes 28 de febrero de 1.989, muchos jóvenes hicimos caso omiso a la advertencia del toque de queda decretado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, cuando en horas de la noche nos aventurabamos a caminar por las desiertas calles de la ciudad de Barinas.

Qué hacen ustedes caminando a esta hora por aquí?, preguntó un funcionario militar, al que inmediatamente alcanzamos identificar.

Era el entonces teniente-coronel (GN) Jaime Escalante, comandante de la Policía del estado Barinas, quien andaba acompañado del entonces secretario general de gobierno del ejecutivo barinés, ingeniero Régulo Terán.

Terán y el comandante de la Policía nos sugirieron que nos trasladáramos al día siguiente hasta la sede de la Guarnición Militar a diligenciar como periodista nuestros salvoconductos. Así ocurrió. El jefe de la Guarnición Militar de Barinas entregó aquella especie de autorización para enfrentar la confusa situación que debimos sortear durante aquellos finales días de febrero de 1.989 en Barinas.  

+Derrumbe de la IV República 

El desaparecido profesor universitario Kleber Ramírez, en su célebre libro “Venezuela: la Cuarta República”, dijo que para la época ya nuestro país aflojaba la purulencia del Estado y el malestar de la sociedad civil.

La gran paradoja de aquellos días, al que el actual gobierno define como el inicio de su "Revolución Bolivariana", es que hoy el pueblo de Simón Bolívar enfrenta la más terrible de su tragedia.

Hoy hemos visto como en los últimos 7 años, más de 8 millones de venezolanos han salido de su patria, por la situación de miseria que padecemos, a consecuencia de un salario que no llega a los 4 dólares, amén de que la mayoría de los que aún sobrevivimos en nuestro país, carecemos de comidas, medicinas, gasolina y con pésimos servicios de electricidad, agua, transporte, salud, escandalosos casos de corrupción, alarmantes cifras de asesinatos, atroz persecución contra la dirigencia política opositora al gobierno e interminables colas en las bombas para acceder a regañadientes a 30 litros de gasolina.

Es decir, Venezuela es mucho peor que cuando se levantó en insurrección popular contra Carlos Andrés Pérez,  a pesar de que éste había reconocido la existencia de una carga de frustración y de resentimientos en los sectores marginales y de bajos recursos y, éstos eran una posibilidad latente de perturbaciones de orden público.

35 años de aquellos terribles días de finales de febrero de 1989, el gobierno de Nicolás Maduro sigue achacándoles la culpa de todo lo malo existente en nuestro país, al imperialismo yanquis o cuántos enemigos internos y externos han podido inventar (sanciones, guerra económica, derecha, majunches, escuálidos, Obama, Trump, Biden, paramilitares, etc.).

Así como para aquellos días, el deterioro creciente de la economía, la asfixiante propaganda oficialista, el ocultamiento de la verdad y el derrumbe del Estado de derecho, sirvieron de estimulantes para el estallido social del 27 y 28 febrero de 1.989, hoy también están más que súper vigentes.

+La verdad sobre los orígenes de El Sacudon

En Guarenas, como lo describió para aquellos días Sanín, “el pueblo salió a protestar, a saquear, a tomar venganza y a ejercer el derecho de sacrosanto a manifestar su repudio a los malos gobiernos”

El alzamiento de la gente de Guarenas se produjo de manera increíble para todo el país. Aquellas trágicas escenas llegaron con inmediata e idéntica nitidez a Caracas, Valencia, Maracay, Barquisimeto, Puerto Cabello, Barcelona, Maracaibo, Coro y Cabimas.

Tras aquel popular alzamiento popular, al presidente Pérez no le quedó otra medida que suspender las garantías constitucionales.  Desde el Palacio de Miraflores se dirigió al país en cadena nacional de radio y televisión. En un largo discurso, el presidente defendió las medidas económicas de su gobierno, a pesar de haber recalcado que eran difíciles y duras.

+Revuelta popular

 Si bien, la Disip y la DIM de entonces inició una persecución contra dirigentes de la izquierda como Douglas Bravo, Francisco “El Flaco” Prada, Aristóbulo Iztúriz, Wladimir Ruiz Tirado y Edgardo Ramírez, éstos dos últimos de Barinas, el presidente Pérez en su alocución del martes 28 de febrero, no culpó a los sectores subversivos y desadaptados del país.

Contra todo lo prometido al pueblo que lo eligió, Carlos Andrés Pérez hizo suyo el paquete de medidas económicas recetado por el Fondo Monetario Internacional, cuyos primeros efectos ocurrieron después del aumento en el precio de la gasolina, generando aquella insurrección popular.        

Cifras no oficiales confirmaron al final de aquella terrible revuelta popular, más de 300 muertos, los cuales las actuales autoridades siguen investigado.

La asunción de Pérez pareció presagiar días negros para Venezuela. Su “coronación” celebrada el 2 de febrero de aquel fatídico 1.989, lo catalogó Sanín como un “espectáculo”, ya que no lo montaron en el Congreso Nacional sino en un teatro (en el Teresa Carreño), donde asistieron testigos magistrales y encumbrados de todos los lugares del planeta.

Cuando Pérez asumió la presidencia de Venezuela, nuestro país era una nación en bancarrota y corrupta. Sin embargo, los dignatarios que engalanaron aquella fiesta, entre quienes figuraban, Fidel Castro, Daniel Ortega, Felipe González y El Príncipe Carlos de España, aplaudieron y aclamaron a Pérez.

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