Ojos penetrantes que cautivan o dominan, y son enigmáticos.
Tenemos los ojos que helaban al sentir la psicopatía de Rasputín.
Los ojos grandes y caídos, pero seductores de Bette Davis, o los violeta y dulces de Elizabeth Taylor.
Los ojos esquizofrénicos y desorbitados de Hitler.
En Venezuela se usó por el chavismo, los ojos rasgados de su líder, caza mosca.
Pero antes de eso el mismo Chávez piropeó lo que este llamó los ojos bonitos de Diosdado, para entonces todavía joven, sin calva, pelo negro y aún no obeso.
Pero hoy desde la cúspide del poder chavista , lo que se nota son ojos que nerviosamente van de un lugar a otro.
Ya Diosdado con su show, sacó de su estudio del canal 8 un avión donde deportados venezolanos, esposados y tristes fueron persuadidos a cantar unos el himno nacional y otros Venezuela. Ya nadie se acuerda que los ojitos de Chávez fueron alguna vez gancho electoral.
Estamos tan jodidos para reparar en los ojos de artistas de Hollywood o de la política nacional o internacional.
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